Poco más de un centenar de páginas de una historia desgarradora que, aún lo es más por el carácter autobiográfico de la misma y los intentos de Ernaux por mantenerse fiel a las emociones y recuerdos, sin adornos ni artificios (no hacen falta), de la traumática experiencia que “solo” 35 años después es capaz de plasmar.
Sin duda una historia que invita a la reflexión. Y en cuanto al estilo narrativo, podríamos decir que con una narrativa ligera en el lenguaje invita a la plena inmersión lectora y se clava como dientes de tiburón.
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