Muy recomendable. Ágil y ligera, pero como mucho campo para la reflexión. La sensación es de leer un monólogo humorístico, con trasfondo y donde fácilmente puedes empatizar con el anecdotario. Su estilo sencillamente adictivo.
He tenido la oportunidad de comentar el libro con personas muy diferentes entre sí y la reacción unánime ha sido calificarla como estupenda.