Eugenio Trías no es ningún descubrimiento: premio Nietzsche, el filósofo español más agudo e importante desde Ortega y Gasset, poca presentación necesita.
En esta obra su afilada mente analítica se abalanza sobre el fenómeno religioso entendido como símbolo, representación. Y sabemos que Trías es un experto en el significado profundo de los símbolos. Complejo y a veces de redacción tortuosa, este libro, sin embargo, presenta una tesis prístina y casi sublime sobre la secuencia histórica de las religiones.
Aparte de las mil referencias que me llevaron a otros tantos territorios inexplorados, me quedo con un tema secundario del libro: la distinción de la tradición poético-filosófica (Grecia, La India brahmánica) de la profética-religiosa (Persa, judía): la primera concibe la salvación como destrucción de la ignorancia, la segunda como revelación de la elección (voluntad). Una pena que su mirada no se haya extendido más hacia el Oriente (China, Japón) o hacia otras tradiciones animistas. Y una pena que no esté ya entre nosotros. Magister.